-No tocar la válvula salvo por indicación médica.
-No acostar al niño sobre la válvula, ya que la presión sobre la misma puede maltratar la piel. Cuando el niño se movilice solo y pueda reaccionar al dolor, el mismo se acostará de la mejor manera que le acomode.
-Vigilar la aparición de coloración roja o supuración de la piel sobre alguna parte de la válvula.
-Vigilar que ninguna parte de la válvula quede expuesta a través de heridas sobre la piel o granos.
-Continuar el control de niño sano.
-Vigilar que la mollera del niño se mantenga a nivel o hundida.
-Vigilar que no aparezcan síntomas que sugieran que la válvula funciona mal